---COLORES--- 3.- Verde y Morado
Fardael miró alrededor, estaba en lo que parecía ser un enorme desierto lleno de cactus. A lo lejos, un par de personas parecían estar discutiendo, y mucho más lejos, se podía apreciar lo que parecía ser un castillo en medio de la nada. Aún desde lejos, Fardael podía escuchar los gritos que pegaban las personas.
-¡Cara de perro!-Exclamó una voz de hombre tan nasal que parecía estar enfermo de gripa.
-¡Baboso!-Exclamó la mujer.
Fardael hubiera preferido no interrumpir, pero estaba totalmente perdido y no tenía idea de a dónde ir.
-Mmm... Buenos días... Estoy buscando a estas personas.-Fardael les pasó la lista con los nombres.
-¡Ay, o sea, claro! Yo soy la princesa Firesia, ¡mucho gusto!
Fardael miró atentamente a la susodicha princesa. Era una muchacha bastante joven, que vestía de forma coqueta, que hablaba con un tono de voz agradable pero exagerado. y en su ropa estaba escrito por todos lados la palabra princesa. Fardael no vio alguna otra seña que indicara que la mujer perteneciera a la nobleza.
Luego volteó a ver al otro muchacho.
-Y tú, ¿quién eres?
-Yo soy tu padre.
-Ay perdona, no está bien de su cabeza...
-Sí, para haberme casado con esta mujer...
-Él se llama Naive. Así como ingenuo en inglés. Y nadie te obligó a casarte conmigo...
-¡Que no me llamo Naive, me llamo Navi!
-Ay, es como tienen las mismas letras, siempre me confundo.
-¡Ni siquiera tienen las mismas letras! Naive lleva 'e'. ¡Primero aprende inglés y luego haces tus chistecitos! Y cuando dije el "sí" estaba borracho... no debería contar.
Navi vestia una sudadera que también tenía escrito su nombre en ella. "Si hay algo que comparten estos dos, es sin duda un gran autoestima" pensó Fardael.
-Ay perdón, mi maridito ya ves... toda una fichita. Mejor cuéntanos a qué vienes.
-Y no es que mi esposa sea chismosa ni nada por el estilo ¿eh?-Dijo la nasal voz de Navi.
-Hoy me encontraba en mi casa, jugando tranquilamente videojuegos cuando me llegó recado de que un viejo quería verme. Para hacer la historia corta, me dijo que ustedes tendrían unas esferas como ésta.-Fardael sacó de su bolsillo la esfera roja.-Dijo que se llamaban colores o algo así. Según la lista, ustedes tienen el verde y el morado.
-¡Ay pero por supuesto que te lo doy!
-Pues que tonta, porque de nada le va a servir si yo no le doy el mío, y no se lo daré.-Exclamó Navi.
Fardael dio un largo suspiro.
-Ok... ¿tú que vas a querer a cambio?
-¿Un dinerillo tal vez?
-¿Cuánto?
-Mil pesillos podría ser...
-Ja, estás loco si piensas que te voy a dar tanto. Además, no los traigo.
-¡Que ya se lo des Navi! ¿No ves que es por el bien de todos?
-¿Escuchaste algo? Algo así como un zumbido muy molesto en el aire.-Dijo Navi.
Fardael revisó sus bolsas, tratando de ver que traía que pudiera cambiar por la esfera de Navi. Inesperadamente, encontró un paquete de galletas salado que recordaba haber visto en la casa de Hamlet. "¿Quién dice que la cleptomanía es mala?"
-Mira Navi, lo único que tengo son estas galletas. ¿Las quieres?
-Pues nomás para que veas que soy chido te las cambio.
-Y no es que mi esposo no haya comido en todo el día ¿verdad?- Habló nuevamente la princesa Firesia.
-Será porque no me das de tragar.
-Será porque no me das lo del gasto. ¿Acaso crees que tengo un cajón mágico del que saco todo lo que necesito?
-Pus ni que fuera un mandilón.
-El que me des dinero para la comida no es ser mandilón, es ser normal, estupidín.
-¿Y tú por qué no trabajas, floja?
-Ups, ¿no te sangró la lengua?
-No es por interrumpir-intervino Fardael- pero no tengo mucho tiempo... ¿que tal si me dan sus colores y los dejo en paz?
-¡Ay perdón por hacerte esperar!
La princesia Firesia sacó inmediatamente de un morral que traía con ella la esfera con el color morado y Navi sacó un listón que traía a modo de collar de su sudadera para revelar la esfera verde.
-¿Qué onda con la toalla que traes por mochila?-Se burló Navi del morral de Firesia.
-¿Y tú con tu correa? ¿Es para cuando te sacan a pasear?-Respondió ella.-Ay pero ¡no vas a poder con el resto de las esferas! Llévate mi morral para que las cargues.
La princesa le pasó su morral a Fardael y éste puso en él las tres esferas recolectadas.
-Gracias, ya me tengo que ir, pero díganme algo que me intriga, ¿cómo acabaron casados?
-Solo te diré que jamás debes ponerte borracho con tus primos cuando lleven a sus amigas gordas. De menos tiene buen traste.
-¿Pero qué dijiste?-Dijo Firesia alzando las cejas.
-Te hace falta una lavadilla de orejas, ¿eh? Dije que por lo menos sabes lavar los trastes.
-Ni creas que te voy a lavar algo.
Fardael sin esperar mucho más apretó el botón del viejo control para crear un portal a su siguiente destino. Tenía 6 horas más por delante.
-Bueno, me voy. Adiós princesa, adiós Naive.-Dijo Fardael para molestar un poco a Navi.
Sin embargo, Navi sólo sonrió:
-Suerte Fardael.-Dijo mientras empujaba a Fardael dentro del portal. Una vez más, Fardael no estaba seguro de haberles dicho su nombre al par de personas.
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-¡Cara de perro!-Exclamó una voz de hombre tan nasal que parecía estar enfermo de gripa.
-¡Baboso!-Exclamó la mujer.
Fardael hubiera preferido no interrumpir, pero estaba totalmente perdido y no tenía idea de a dónde ir.
-Mmm... Buenos días... Estoy buscando a estas personas.-Fardael les pasó la lista con los nombres.
-¡Ay, o sea, claro! Yo soy la princesa Firesia, ¡mucho gusto!
Fardael miró atentamente a la susodicha princesa. Era una muchacha bastante joven, que vestía de forma coqueta, que hablaba con un tono de voz agradable pero exagerado. y en su ropa estaba escrito por todos lados la palabra princesa. Fardael no vio alguna otra seña que indicara que la mujer perteneciera a la nobleza.
Luego volteó a ver al otro muchacho.
-Y tú, ¿quién eres?
-Yo soy tu padre.
-Ay perdona, no está bien de su cabeza...
-Sí, para haberme casado con esta mujer...
-Él se llama Naive. Así como ingenuo en inglés. Y nadie te obligó a casarte conmigo...
-¡Que no me llamo Naive, me llamo Navi!
-Ay, es como tienen las mismas letras, siempre me confundo.
-¡Ni siquiera tienen las mismas letras! Naive lleva 'e'. ¡Primero aprende inglés y luego haces tus chistecitos! Y cuando dije el "sí" estaba borracho... no debería contar.
Navi vestia una sudadera que también tenía escrito su nombre en ella. "Si hay algo que comparten estos dos, es sin duda un gran autoestima" pensó Fardael.
-Ay perdón, mi maridito ya ves... toda una fichita. Mejor cuéntanos a qué vienes.
-Y no es que mi esposa sea chismosa ni nada por el estilo ¿eh?-Dijo la nasal voz de Navi.
-Hoy me encontraba en mi casa, jugando tranquilamente videojuegos cuando me llegó recado de que un viejo quería verme. Para hacer la historia corta, me dijo que ustedes tendrían unas esferas como ésta.-Fardael sacó de su bolsillo la esfera roja.-Dijo que se llamaban colores o algo así. Según la lista, ustedes tienen el verde y el morado.
-¡Ay pero por supuesto que te lo doy!
-Pues que tonta, porque de nada le va a servir si yo no le doy el mío, y no se lo daré.-Exclamó Navi.
Fardael dio un largo suspiro.
-Ok... ¿tú que vas a querer a cambio?
-¿Un dinerillo tal vez?
-¿Cuánto?
-Mil pesillos podría ser...
-Ja, estás loco si piensas que te voy a dar tanto. Además, no los traigo.
-¡Que ya se lo des Navi! ¿No ves que es por el bien de todos?
-¿Escuchaste algo? Algo así como un zumbido muy molesto en el aire.-Dijo Navi.
Fardael revisó sus bolsas, tratando de ver que traía que pudiera cambiar por la esfera de Navi. Inesperadamente, encontró un paquete de galletas salado que recordaba haber visto en la casa de Hamlet. "¿Quién dice que la cleptomanía es mala?"
-Mira Navi, lo único que tengo son estas galletas. ¿Las quieres?
-Pues nomás para que veas que soy chido te las cambio.
-Y no es que mi esposo no haya comido en todo el día ¿verdad?- Habló nuevamente la princesa Firesia.
-Será porque no me das de tragar.
-Será porque no me das lo del gasto. ¿Acaso crees que tengo un cajón mágico del que saco todo lo que necesito?
-Pus ni que fuera un mandilón.
-El que me des dinero para la comida no es ser mandilón, es ser normal, estupidín.
-¿Y tú por qué no trabajas, floja?
-Ups, ¿no te sangró la lengua?
-No es por interrumpir-intervino Fardael- pero no tengo mucho tiempo... ¿que tal si me dan sus colores y los dejo en paz?
-¡Ay perdón por hacerte esperar!
La princesia Firesia sacó inmediatamente de un morral que traía con ella la esfera con el color morado y Navi sacó un listón que traía a modo de collar de su sudadera para revelar la esfera verde.
-¿Qué onda con la toalla que traes por mochila?-Se burló Navi del morral de Firesia.
-¿Y tú con tu correa? ¿Es para cuando te sacan a pasear?-Respondió ella.-Ay pero ¡no vas a poder con el resto de las esferas! Llévate mi morral para que las cargues.
La princesa le pasó su morral a Fardael y éste puso en él las tres esferas recolectadas.
-Gracias, ya me tengo que ir, pero díganme algo que me intriga, ¿cómo acabaron casados?
-Solo te diré que jamás debes ponerte borracho con tus primos cuando lleven a sus amigas gordas. De menos tiene buen traste.
-¿Pero qué dijiste?-Dijo Firesia alzando las cejas.
-Te hace falta una lavadilla de orejas, ¿eh? Dije que por lo menos sabes lavar los trastes.
-Ni creas que te voy a lavar algo.
Fardael sin esperar mucho más apretó el botón del viejo control para crear un portal a su siguiente destino. Tenía 6 horas más por delante.
-Bueno, me voy. Adiós princesa, adiós Naive.-Dijo Fardael para molestar un poco a Navi.
Sin embargo, Navi sólo sonrió:
-Suerte Fardael.-Dijo mientras empujaba a Fardael dentro del portal. Una vez más, Fardael no estaba seguro de haberles dicho su nombre al par de personas.
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