Haciendo Sentido

   De vez en cuando (algo así como 1 vez cada 3 años) mis amigos hacen cena navideña, en la que cada quien lleva un platillo o bebida y cenamos todos juntos. Yo llevé pasta (que es básicamente lo único que sé hacer (de momento) ) y prácticamente se acabó, así que o no me quedó tan mal... o mis amigos traían hambre, lo cuál es prácticamente muy posible... teniendo en cuanta que la cena debía empezar a las 7 pero por esperar a los que llegaron tarde empezó como a las 11... A lo que voy es que tomé algunas fotos, y aprovechando que tengo tiempo y que no se las quiero regalar a facebook... (y vilmente elevar mi número de visitas...) las pongo aquí. Entrándole a las frituras en lo que llegaban los demás... La bufanda combinaba con sus ojos... aunque sólo funcionaba en las fotos. Ya casi estábamos todos... Tomando mucha coca. Ese tipo se cayó, y se rompió una pierna, y lloraba mientras todos lo veían... bueno, en realidad no, pero es divertido pensarlo. Jugando Picti

   La habitación a la que llegó Fardael estaba llena de luces y sonido, producidos por decenas de aparatos electrónicos alrededor. También había, sobre las paredes, varios posters de mujeres semi desnudas y un tanto esqueléticas que bien podrían ser usados para pláticas acerca de la desnutrición.    Había una persona una única persona en esa habitación, vestida toda de negro y con botas de piel de serpiente, en un estilo que Fardael no creía que le quedara del todo. El otro muchacho estaba sentado enfrente de una televisión, sosteniendo lo que parecía ser una especia de control y que no notó la presencia de Fardael hasta que se interpuso en su rango de visión. La persona pareció reconocerlo.    -¡Pero cuánto tiempo sin verte!    -Pero si nunca nos hemos visto.-Dijo Fardael, aún más extrañado que con todas las cosas que le había dicho el viejo anciano.    -¡Por eso!-Dijo mientras sonreía demasiado ampliamente, demasiado como para que Fardael creyera que la sonrisa era real.  

   Hace tiempo, en una época donde todavía no existían los colores, dónde todo lo que se veía estaba en tonalidades de blanco a negro, vivió un muchacho llamado Fardael, de alrededor de 15 años. También vivió en esos tiempos un viejo, al que toda la gente conocía como el viejo anciano.    Fardael fue un día a visitar al viejo anciano, porque éste lo había mandado llamar. "¿Por qué le dicen el viejo anciano? Ni que pudiera ser el joven anciano... Ah, ¿y por qué me llamó?" Se cuestionaba Fardael por el camino.    Fardael llegó a la vieja casa y enseguida notó que el viejo anciano no estaba solo, había otras siete ancianas sentadas en los viejos muebles de la vieja sala, pero el viejo anciano parecía ignorarlas, así que lo mismo hizo Fardael. El viejo anciano habló:    -Te he llamado porque ha llegado el momento de que el mundo conozca...    -¡Lo que hay después de la muerte!-Interrumpió Fardael.-Lo sabía, sabía que usted era uno de esos viejos zafados que saben ese tipo de

La cena navideña siempre es momento perfecto para provocar una gran variedad de momentos incómodos... aquí les traigo la recopilación 2011. (Por si hace falta decirlo, sí, toda es basada en hechos reales...) Felices incomodidades navideñas para todos ustedes! 9.- Cuando otros dos de tus familiares tienen tu mismo nombre, entonces cada vez que lo dicen, los tres voltean la cabeza... 8.-Cuando le mandas un mensaje equivocado de feliz navidad equivocado a tu jefe diciendo: "feliz navidad, te quiere tu papá". 7.-Cuando los que traen la cena llegan 2 horas más tarde de lo esperado. 6.-Cuando llega el pariente gorrón. Aquel pariente que sólo ves en las fiestas, jamás lleva nada y siempre se va con sobras de la comida. También viene en su versión alcoholizada, la que se encarga de que no sobre ni champaña ni sidra, ni siquiera chocolates envinados. 5.-El sutil juego de las sillas, cuando sin decirlo, todos se dan cuenta que las sillas no son suficientes para que coman todo

C O L O R E S    El profesor esperó a que todos los alumnos estuvieran sentados en sus butacas. Era el último día de clases, muchos estaban ahí sólo por la calificación final. Uno por uno, los fue llamando a su escritorio para decirles su promedio final. Después de escuchar que tenía diez, Ginela recogió sus cosas, dispuesta a salir del salón y empezar a disfrutar de sus vacaciones.    -Un momento Ginela. No he dicho que se pueden retirar. Tengo un último aviso que darles.    Ginela, junto con otro puño de estudiantes desesperados por salir, esperó lo mejor que pudo a que el profesor de historia acabara de pasar a los alumnos.    -Éste es el aviso: Hoy, a pesar de que el curso ha acabado y todos ustedes ya tienen su calificación, el calendario lo marca como día de clases, así que no hay motivo por el cual no darla. De acuerdo, será opcional, pero antes que salgan en tropel, quiero decirles que lo que hoy les contaré es una leyenda... una leyenda que muy pocos conocen. La leyenda

Ya sé que llevo un rato sin escribir, pero podemos echarle sin remordimientos la culpa a todos esos proyectos y exámenes finales que hay a fin de semestre ( y luego al juego de "the legend of zelda skyward sword" que "acabo de acabar" (no les encanta ese casi pleonasmo?) )... Como sea, por fin creo que podré escribir un poco más frecuentemente... no, olvídenlo que lo dije, es más, no se esperen otra entrada hasta dentro de un mes... (por experiencia ya sabemos que eso da mejores resultados...) Ahora sí, al tema de la entrada. Estaba revisando mis viejas libretas de prepa... No puedo creer lo mucho que escribía... y creo que hasta mejor letra tenía... la cantidad de resúmenes, cuestionarios, reportes, periódicos murales "enlibretados" con fotos de los niños héroes, personajes de la revolución e independencia es tremenda... No me meteré mucho en detalles acerca de lo muuuuucho que me sirvieron para después todos esos inútiles apuntes... de todas formas n