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Mostrando entradas de enero, 2015

Mensaje - Pieza 7

El guardia le puso reproducir al video. Tenía que asegurarse que era el video correcto. En él, pudo verse sentado a la mesa de una pequeña oficina, con una celda vacía detrás. Una pequeña ventana iluminaba apenas cuarto el. Sin avisar, dos personas más entraron. Un hombre y una mujer. La mujer parecía ir escoltando al otro hombre. -Oficial Eidales, buenas tardes.-Dijo la mujer. -Buenas tardes teniente Crezner, casi noches. ¿Algún problema? -Un espía , al parecer. -Ese soy yo.-Saludó con una sonrisa y agitando la mando el hombre.-Encantado. -¡Sshh! No he dado permiso para que hables. Oficial, este hombre pasará la noche en la celda preventiva. Mañana se le aplicará a un examinación más exhaustiva con el polígrafo y un experto autorizado. No escuche nada de lo que diga, si es necesario, dóselo para que se mantenga tranquilo. -No daré ningún problema. Soy todo paz. -El hombre juntó las manos para hacer una pantomima de ángel. -Callado.-Dijo la teniente mientras lo colocaba

Aniquilación - Pieza 6

Marta sostenía el control en la mano. -¿Estás seguro de esto?-Le preguntó a su profesor, que no tenía más que unos meses de edad más que ella, de 35 años. -¿Estás teniendo dudas, justo ahora? ¡Marta! ¡Los códigos dejaran de funcionar en un minuto! -¡Estamos hablando de cientos de millones de personas que pueden morir! -¿Incluídas tú, Marta?-Dijo el profesor, levantando sus gafas desde la pantalla del comunicador. -¡No me importa lo que me pase a mí! ¡Pero a todos los demás! ¡Debe haber incluso niños todavía! Tal vez sea mejor esperar un par de años...  Un poco más de investigación... -¡MARTA! Marta tragó saliva. Este era el momento decisivo para la humanidad. Este momento lo cambiaría todo. Podría salir horriblemente mal, o podría ser una heroína. Una apuesta a ciegas. -Fusión.-Dijo Marta, y apretó el botón. A continuación, oscuridad, vacío.

M - Pieza 5

Guillén escuchó con satisfacción la campana. Se despidió amablemente de la señorita antes de cambiar a la siguiente mesa. No habían intercambiado números. No habían tenido mucho en común. En realidad, él había dicho exactamente lo contrario de lo que ella esperaba escuchar. Ella era de ciudad, él dijo que toda su vida había vivido en el campo. Ella quería hijos, él había dicho que él los aborrecía. A ella le gustaba la música, a él le aburría. ¿Por qué lo había hecho así? Guillén tenía un don especial para jusgar a las personas, y sabía que ninguna de las chicas de ahí era la adecuada. Pero no podía tirar la toalla aún. Se sentó en la siguiente mesa. Había una chica con un bonito vestido violeta. Se sonrieron, ella le dio un sorbo al café que recién le habían servido. La campanilla volvió a sonar. Tenían 10 minutos para hablar. -Buenas tardes- dijo él, asintiendo con la cabeza. -Buenas tardes. Me llamo... -Ah, ah, ah.-La paró él.- No nombres por favor. Ya hay demasiada gente

Café Calendaria - Pieza 4

-¡Hola Áster!-Dijeron la mujer y el hombre desde el televisor al mismo tiempo.-¡Saluda a Áster!-Dijeron de nuevo al unísono mientras levantaban a la bebé que tenían en brazos. La Áster real se talló los ojos. Era la primera vez que se veía de bebé. Se levantó de la silla y se sentó en la alfombra cruzada de piernas, al nivel del televisor. Se llevó las manos en forma de puño a la mandíbula para descansar su cabeza. -No sabemos si tu hermana ya te contóla historia.-Dijo la mujer.-Pero le pedimos que no te arruinara la sorpresa. -La historia de cómo nos conocimos.-Dijo el hombre. En la pantalla, además de sus padres sosteniéndo a una versión bebé de ella, se podía ver una cuna, y entre los barrotes, a una muñeca. Áster siempre había querido saber cómo se veía Anita, la que había iniciado la tradición. -Era la primera vez que iba a café Calendaria. Teníamos 25. -O eso dice tu madre. ¡Nadie es tan suertudo! -¡Hey, no me interrumpas! En fin. Ya sabes, ¿o tal vez no? Bueno, caf

Polígrafo - Pieza 3

 -¿Nombre? Zoe apenas tardó un milisegundo en concentrarse en su nuevo papel. Si tardaba más, podría ser sospechoso. Su nuevo era, ahora y hasta que acabara su misión: -Ricardo Velez. -¿Edad y dia? Ricardo sabía que esa pregunta era para efectos de calibración. No había forma de mentir. -26, 2 de mayo.  -¿Familia cercana? -Cero hermanos. Dos padres, de 54. -¿Vivos? -Eso espero... -¿Amigos? -En la ciudad, ninguno que me conozca.-Ricardo ni siquiera se preguntó si el polígrafo lo detectaría. Si se lo preguntaba, era seguro que lo iba a detectar. El chiste de esto, era saber engañarse, incluso a sí mismo. -¿Créditos? -200, 456. -Con eso, podría vivir perfectamente un año en un buen lugar, si la inflación no era demasiada, -¿Profesión? Esta era en la pregunta que no podía mentir jamás. Lo había practicado una y otra vez. Pero estaba demasiado arraigada en su persona. Tenía que decir la verdad, y, con suerte, no tendría demasiadas

Fusión - Pieza 2

Ámber recibió el mensaje en su ordenador personal unas cuantas horas después de que su hermano lo enviara, debía haber sido extremádamente costoso: "¡Gané la elección, por segunda vez! ¡Deseame suerte!" Ámber no tardó en prender la video grabadora para dejarle a su hermano una felicitación. Si se apuró en dejar el mensaje, fue porque sabía que su propia emoción pasaría. Era difícil sentirse contenta por su hermano cuando ella estaba teniendo tantos fracasos. -Hey, ¡espero que todo haya ido bien en tu periodo! ¡Sé que nuestros padres estarán orgullosos! Ámber guardó la grabación en la nube,a pesar de saber que su hermano tardaría bastante tiempo en responder. ¿Por qué a ella no se le daba la política? Había intentado más de una vez, pero ni siquiera un segundo lugar había conseguido. Era algo frustrante. Ámber distrajo sus pensamientos cuando un sonido de alarma empezó a vibrar en todos sus aparatos electrónicos. Era un mensaje de alerta: "Expl

Cabañas - Pieza 1

A sus 70 años, don Félix no tenía muchos amigos. La mayoría había muerto. Era la triste realidad. Su familia, el les dejaba mensajes, pero por supuesto, jamás le respondían. Por eso había decidido vivir retirado y pasar sus últimos días en soledad. A esa edad, no era difícil encontrar lugares desolados donde poder meditar. No había tenido que retirarse siquiera demasiado de la ciudad, apenas estaba a unos cuantos kilómetros en las afueras. La cosa era, que ya no podía vivir en la ciudad, le traía demasiados recuerdos. Recuerdos falsos, por si fuera poco. Eso era lo que más le molestaba. Pero ahí, en la espesura del bosque donde se encontraba, había encontrado una cabaña, estaba en perfecto estado, así que no debía hacer mucho que hubiera sido construida. Tenía un gallinero bastante amplio, así que él solo se preocupaba de ir de vez en cuando a la ciudad para conseguir granos para alimentarlas. Sabía que en cualquier momento podría llegarle la hora. Una enfermedad que lo incapacitar

Par - Pieza 0

Primer día y primer día de proyectos nuevos. Esta entrada, a primera instancia, no hará nada de sentido. Es parte de una serie de pequeños relatos que conforme se vayan leyendo, el lector hará un clic y atará cabos, o al menos, ese es el propósito. Piénsese como un rompecabezas literario. De momento, es una idea que me sonó demasiado buena en su momento, veremos si da resultado. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Áster y el resto de su familia llegaron a la explanada poco antes de la media noche. Áster apretó más fuerte la mano de su madre al ver que miles de personas ya se encontraban ahí. ¿Había estado así de lleno la última vez? No podía recordarlo. Tenía apenas 4 años y aunque había tratado de permanecer despierta, el sueño la había vencido. Esta vez se mantendría despierta, lo quisiera o no. Sus padres le habían advertido que esta vez tendría que permanecer despierta, y observar todo lo q