Trenecito chu chuuu
Lo siento, no pude evitar poner un título así.
Como muchos saben (o eso creo) todos los viajes que hice en Junio los hice comprando el boleto de eurail (y no me pagan por el comercialote que me estoy aventando). Con este pase, uno puede utilizar la mayoría de los trenes en Europa durante un mes. Y fue de esta manera que me subí a todo tipo de trenes.
Qué era lo primero que buscaba yo en un tren? Enchufes. Sobretodo en los viajes largos. A veces, había sólo uno, y todos los del mismo compartimento lo codiciaban! Así que usualmente yo llegaba hasta una hora antes sólo para tener posesión de él!
Lo segundo que buscaba era Internet. Aunque, usualmente, nunca me tocaron los dos juntos, excepto en el último tren que tomé, de Oslo a Bergen. Pero si no hallaba o si mi compu no tenía pila, sacaba mi libro de combinatoria y me ponía a leer... suena un poco ñoño, pero es una forma bastante buena de aprovechar el tiempo... pero casi siempre había enchufes, así que tampoco me puse a leer tan seguido.
Luego, los compañeros de cuarto, sobre todo en los trenes nocturnos. Me tocó de todo, desde las chilenas buena onda con las que incluso al día siguiente pasee en Praga, hasta el señor borracho que se cagó en sus pantalones e hizo todo un infierno el viaje de Paris a Madrid, pasando por la total indiferencia de unos ingleses que en toda la noche no me dirigieron palabra, excepto para pedirme perdón cuando la chica de la litera de arriba tiró accidentalmente una botella de vidrio y casi me descalabra.
Me tocó frío, que hasta me regalaron una cobijita. Me tocó calor, y eso fue peor, pues al parecer se les había descompuesto el aire acondicionado y toda, toda la gente, se tenía que salir a la parte que conecta los coches para recibir aire fresco, todo debido a que el aire acondicionado no funcionaba.
Me tocó equivocarme de horario y de lugar, como ya les había comentado. Me tocó transbordar y entenderme a señas con gente que no hablaba inglés para saber de dónde salía mi siguiente tren.
Me tocó ir solo, acompañado, parado o acostado. A veces no me revisaban el pasaporte, otras veces me lo pedían hasta cinco veces (despertándome a cada rato). A veces ni siquiera apagaban la luz para que uno pudiera dormir! O incluso a media madrugada te hacían cambiar de vagón porque resultaba que había habido un cambio de planes!
En general, son más cómodos que los camiones (de México), y lo que sí, siempre hay por ahí lugares con mesitas para que uno pueda trabajar (o escribir blogs) agusto. Pero lo mejor era que siempre, las estaciones, llegaban al corazón de la ciudad, nada que ver con los aeropuertos que siempre quedan bien lejos!
En Amsterdam fue que aprendí por las malas a reservar con anticipación, pues a causa de ello mi viaje de 3 horas directo a Paris se tornó en uno de 7 a través de lo que se me hicieron un centenar de pueblecitos. A veces las filas para reservar (pues con el eurail sí tienes que pagar, pero ya sólo la reserva) eran largas, muy largas, sobretodo en España! Cuando podía, como en Pisa, reservaba todos los boletos que podía a la vez, y ahí hice las reservas de toda Italia. En los países del este, como República Checa, sin embargo, casi no se ocupan reservas.
El peor tramo, fue de Malmo (Suecia) a Bergen. Como están arreglando tanto la terminal de Oslo como la de Gotemburgo (ciudad intermedia entre Malmo y Oslo) 2 veces me tocó tomar un camión de conexión para llegar hasta donde salía el tren... lo cuál hizo el viaje mucho más tardado.
Sin embargo, después de todo, viajar en tren no fue tan malo, era un periodo que mis cansados pies disfrutaban después de estar caminando mucho en las ciudades. Además, ver el paisaje por la ventana, también era bueno.
Como muchos saben (o eso creo) todos los viajes que hice en Junio los hice comprando el boleto de eurail (y no me pagan por el comercialote que me estoy aventando). Con este pase, uno puede utilizar la mayoría de los trenes en Europa durante un mes. Y fue de esta manera que me subí a todo tipo de trenes.
Qué era lo primero que buscaba yo en un tren? Enchufes. Sobretodo en los viajes largos. A veces, había sólo uno, y todos los del mismo compartimento lo codiciaban! Así que usualmente yo llegaba hasta una hora antes sólo para tener posesión de él!
Lo segundo que buscaba era Internet. Aunque, usualmente, nunca me tocaron los dos juntos, excepto en el último tren que tomé, de Oslo a Bergen. Pero si no hallaba o si mi compu no tenía pila, sacaba mi libro de combinatoria y me ponía a leer... suena un poco ñoño, pero es una forma bastante buena de aprovechar el tiempo... pero casi siempre había enchufes, así que tampoco me puse a leer tan seguido.
Luego, los compañeros de cuarto, sobre todo en los trenes nocturnos. Me tocó de todo, desde las chilenas buena onda con las que incluso al día siguiente pasee en Praga, hasta el señor borracho que se cagó en sus pantalones e hizo todo un infierno el viaje de Paris a Madrid, pasando por la total indiferencia de unos ingleses que en toda la noche no me dirigieron palabra, excepto para pedirme perdón cuando la chica de la litera de arriba tiró accidentalmente una botella de vidrio y casi me descalabra.
Me tocó frío, que hasta me regalaron una cobijita. Me tocó calor, y eso fue peor, pues al parecer se les había descompuesto el aire acondicionado y toda, toda la gente, se tenía que salir a la parte que conecta los coches para recibir aire fresco, todo debido a que el aire acondicionado no funcionaba.
Me tocó equivocarme de horario y de lugar, como ya les había comentado. Me tocó transbordar y entenderme a señas con gente que no hablaba inglés para saber de dónde salía mi siguiente tren.
Me tocó ir solo, acompañado, parado o acostado. A veces no me revisaban el pasaporte, otras veces me lo pedían hasta cinco veces (despertándome a cada rato). A veces ni siquiera apagaban la luz para que uno pudiera dormir! O incluso a media madrugada te hacían cambiar de vagón porque resultaba que había habido un cambio de planes!
En general, son más cómodos que los camiones (de México), y lo que sí, siempre hay por ahí lugares con mesitas para que uno pueda trabajar (o escribir blogs) agusto. Pero lo mejor era que siempre, las estaciones, llegaban al corazón de la ciudad, nada que ver con los aeropuertos que siempre quedan bien lejos!
En Amsterdam fue que aprendí por las malas a reservar con anticipación, pues a causa de ello mi viaje de 3 horas directo a Paris se tornó en uno de 7 a través de lo que se me hicieron un centenar de pueblecitos. A veces las filas para reservar (pues con el eurail sí tienes que pagar, pero ya sólo la reserva) eran largas, muy largas, sobretodo en España! Cuando podía, como en Pisa, reservaba todos los boletos que podía a la vez, y ahí hice las reservas de toda Italia. En los países del este, como República Checa, sin embargo, casi no se ocupan reservas.
El peor tramo, fue de Malmo (Suecia) a Bergen. Como están arreglando tanto la terminal de Oslo como la de Gotemburgo (ciudad intermedia entre Malmo y Oslo) 2 veces me tocó tomar un camión de conexión para llegar hasta donde salía el tren... lo cuál hizo el viaje mucho más tardado.
Sin embargo, después de todo, viajar en tren no fue tan malo, era un periodo que mis cansados pies disfrutaban después de estar caminando mucho en las ciudades. Además, ver el paisaje por la ventana, también era bueno.
![]() |
Interior de un tren noruego. |
Momentos incómodos:
-Cuando, muerto de hambre, decides ir al vagón de enfrente, donde está la maquinita expendedora de chucherías y en el camino encontrarte a un guardia, que cree que estás intentando escapar de la revisión de papeles.
Comentarios