M - Pieza 5

Guillén escuchó con satisfacción la campana. Se despidió amablemente de la señorita antes de cambiar a la siguiente mesa. No habían intercambiado números. No habían tenido mucho en común. En realidad, él había dicho exactamente lo contrario de lo que ella esperaba escuchar. Ella era de ciudad, él dijo que toda su vida había vivido en el campo. Ella quería hijos, él había dicho que él los aborrecía.

A ella le gustaba la música, a él le aburría. ¿Por qué lo había hecho así? Guillén tenía un don especial para jusgar a las personas, y sabía que ninguna de las chicas de ahí era la adecuada. Pero no podía tirar la toalla aún.

Se sentó en la siguiente mesa. Había una chica con un bonito vestido violeta. Se sonrieron, ella le dio un sorbo al café que recién le habían servido. La campanilla volvió a sonar. Tenían 10 minutos para hablar.

-Buenas tardes- dijo él, asintiendo con la cabeza.

-Buenas tardes. Me llamo...

-Ah, ah, ah.-La paró él.- No nombres por favor. Ya hay demasiada gente creencias con el signo como para agregarles las del nombre. ¿No eres de esas personas que les asignan letras a los años verdad?

 La chica sólo se sonrojó.

-Bueno, espero no haber sido demasiado rudo, pero así es mejor, créeme. Como disculpa, responderé a tu siguiente pregunta sin que la hagas. Soy un cáncer.

-Qué sorpresa.-Dijo la chica.-Es un café para cancers.

-La sorpresa es: de hoy. 11 de julio.

La chica abrió la boca.

-¡No puede ser! ¡Yo también! ¡Increíble! ¡Mis padres también son del mismo día!

Guillén suspiró por dentro. Otra chica conservadora, pero a pesar de ello, el también sentía una cierta curiosidad. Sentía que había algo en ella, aún no sabía bien qué.

-Es mi primera vez aquí. La verdad es que no estaba muy segura, pero luego escuché la historia de mis padres...

-Bueno, bueno, se nos va el tiempo. Preguntas.

-Claro, claro... Ahm... ¿Sabes por qué se llama café Calendaria este lugar?

-Claro. Por la madre Calendaria.

-Sí, sí, ¿pero sabes su historia?

-¿Cuál de las dos?-Dijo Guillén enigmáticamente.

-¿Cómo que cuál?

-La historia que casi todos saben, incluída tu, acerca de como oraba y veía las estrellas todos los días, o la historia que casi nadie sabe.-¿Qué tipo de persona era esta chica? ¿Alguien obstinada en sus creencias, o alguien con ansias de saber, con una pizca de curiosidad? A veces, eso era todo lo necesario.

-¿Historia que casi nadie sabe? Hmmm...

-Solo hay tiempo para escuchar una.

-La que casi nadie sabe.

-Bueno, empecemos por el sexo. Esta actividad es tan antigua como nuestra propia existencia, y por tanto, las profesiones asociadas a ellas. Prostitutas, sí, de ellas estoy hablando. Hay quien dice, que en realidad la madre Calendaria no era una monja, sino una puta. Que su nombre real era Candelaria. El lugar donde oraba, no era un convento, sino un prostíbulo. Un prostíbulo que... bueno, tenía cubiertas todas las bases.-Guillén pensó que tal vez la chica se iría, o lo denunciaría, o al menos se pondría incómoda. Pero no, recargando su cabeza en sus puños, escuchaba atentamente.

"Eso fue hace miles de años, el sexo tenía muchos menos tabúes que ahora. Toda clase de lo que ahora consideramos perversiones era visto como algo normal. Y no era anormal que un hombre, o mujer, llegara con Candelaria a solicitar sus servicios. Todos los fetiches eran servidos, pero el más pedido en ese entonces, era el de las monjas. Esa, en entonces nueva profesión, donde las mujeres juraban desprenderse de sus deseos carnales para nunca entregarse al sexo las hacía, sólo por eso, las mujeres más codiciadas de la época. Pero, ya que era extremádamente difícil, aunque no imposible, tener sexo con una monja, los hombres buscaban lo siguiente mejor, sexo con una mujer vestida de monja. Todo estaba en la fantasía."

"Seguramente habrás escuchado que afuera del cuarto de Candelaria estaba el letrero de <<M JEFA D MONJAS>> , había un letrero, sí, pero estaba afuera del lupanar. Decía <<FAJE D MONJAS M>> , la M de al final era una onomatopeya del sonido de satisfaccion mmm, como cuando dices que rico está el café, mmm"

"¿Pero cómo descubre una mujer de profesión aparentemente tan simple observar y darse cuénta de este fenómeno que son los ciclos de las estrellas? Bueno, dicen que el cuarto de Candelaria tenía un techo de cristal. Que ella tenía una única condición a la hora de tener sexo, y era que ella pudiera estar de espaldas, viendo hacia arriba, siempre. Así que cuando Candelaria, en su alter ego de madre Calendaria pasa noches y noches observando las estrellas, en algún momento se da cuenta de este ciclo. Dicen que los nombres de los meses en realidad eran el nombre de sus más activos clientes."

"El orden original de los meses era otro: Febrero, Abril, Junio, Enero, Diciembre, Marzo, Octubre, Noviembre, Julio, Agosto, Septiembre, Mayo. Pero alguien quiso ocultar el deplorable origen de la historia, y los reordenó, al mismo tiempo que hacía de la madre Calendaria, una santa que oraba todas las noches".

-¿Cómo sabes todo esto?

-¿Importa el origen? Pude habérmelo inventado yo, o puede que me lo haya contado alguien, y ese alguien también se lo pudo haber inventado. El talento de la verdad, es que para las personas adecuadas, esta hace más sentido que las mentiras. Aún si uno llega a la verdad inventándola, ésta no deja de ser verdad.

La campana sonó. Guillén se paró.

-¡Espera! Tal vez estoy loca, pero quiero saber más de estas verdades. ¿Qué otras historias más sabes?

Guillén sonrió y sacó una tarjeta y se la dio a la muchacha. No era un número. En ella, sólo estaba escrito "ven conmigo y lo sabrás".

El hombre se dirigió a la puerta, aunque pagó antes los 12 turnos que había pasado. Cuando salió del lugar, sintió un brazo rodeando al suyo, era la misma muchacha.

-De acuerdo, quiero saber más.

-Tal vez te arrepientas. No todo el conocimiento te hace sentir mejor.

-Eso es imposible. ¿Que podrías decirme que me hiciera sentir mal?

-Mi nombre, por ejemplo, Guillén.

-Eso no me hace sentir mal.

-Por ahora.

-En ese caso, no te diré el mío, no queremos que sufras.

Guillén rió.

-Bien jugado. Sé que es precipitado, pero ¿quieres ir a mi casa a seguir platicando? No está muy lejos.

-¿Por qué no? -Dijo la chica con una sonrisa.-Me agrada esta plática.

-En ese caso, entremos.

Un gran portón negro se abrió automáticamente al presionar un botón que llevaba Guillén en su llavero.

-¿De verdad? ¿De verdad vives aquí?

-¿Tiene algo de malo?

-Es... Sin dejar de lado que está prácticamente al lado del café, está muy céntrico, grande, elegante, ¿cuántos créditos tienes exáctamente para poder pagar esto?

Guillén rió de nuevo, pero no contestó.

-De todas formas- dijo una vez que llegaran a la sala- la dejaré hoy.

-¿Te vas a mudar? ¿En tu primer día aquí? ¿Entonces por qué la escogiste? ¿Vives sólo?

-Hey, hey, son muchas preguntas. ¿Te ofrezco algo de tomar antes?

-No gracias. Tomé suficiente café. De hecho... ¿puedo usar tu baño?

-Subiendo las escaleras, a la derecha. No tardes demasiado, tengo que partir pronto.

-Apenas llegamos, ¿y acabas de recordar otro compromiso? ¡Hombres!

Mientras la chica subía las escaleras, Guillén sacó una botella de whiskey de la estantería. Siempre era un desperdicio dejar llenas las botellas antes de partir. Se sirvió un vaso con hielos y en seguida vertió el whiskey. Tomó un trago mientras veía nervioso el reloj. Quedaban menos de cinco minutos. Partir siempre lo ponía nervioso.

La chica bajó por las escaleras faltando menos de un minuto.

-Perdón por inmiscuirte en mis asuntos, de verdad perdón-dijo Guillén-pero hallar gente como tú es realmente difícil. Antes de partir, alcanzo a contestar una de tus preguntas. Más bien, corregir una de tus preguntas. No es mi primer día aquí.

-¿Qué? Pero es 11 de Julio... Ah...¿estuviste aquí de pequeño entonces?

-Noup.-Dijo Guillén tronando la P.

-Pero entones... -Guillén vio cómo la chica hacía el clic correcto cuando su cara cambió por completo de expresión.-No es posible, no... espera, mencionaste partir, no me digas que...

-En unos momentos más.

-¿Estás bromeando? ¡Es ilegal, es peligroso!

-En 10, 9,...

-¿Ya? ¡Espera, no! ¡No no no!

-5, 4, 3...

-¡Guillén! ¿Guillén qué? ¿Cómo te encontraré luego? ¿Cuál es tu apellido?

-1,...-Dijo Guillén mientras movía los dedos en señal de despedida. Al siguiente instante, había partido.

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