Veintitrés


Ayer cumplí 23.

No hay nada como cumplir un año más para sentir las renovadas ganas de escribir, o no?

Los 22, tengo que aceptarlo, no fueron mucho comparado con mi intercambio a Noruega en los 21, aunque sí hubo un evento importante y éste fue que por fin ya soy todo un graduado (si alguien no sabe de qué, no es tan difícil imaginárselo leyendo algunas de mis otras entradas).

Y ahora empiezan los 23, una edad impar que además es prima. Esas pintan para ser geniales. Ojalá no tuviera una maestría tan consumidora de tiempo (que me gusta pensarla como el meme de la overly attached girlfriend, porque, a pesar de que sea celosa y te quiera todo para ti, sabes que está bonita y que si no la tuvieras desearías tener una).

En mi facebook no tengo registrada mi fecha de cumpleaños... de esa manera, las felicitaciones que recibo, aunque sean muy pocas, salen del corazón (o de alguna alarma personalizada en el calendario del celular de mis amigos, pero bueno, al menos se molestaron en ponerla, ¿no?). Aunque bueno, eventualmente vi que en efecto eran demasiadas pocas y le dije a unos cuantos de mis amigos, que me felicitaran y me regalaran sus compus (la mía empieza a a ponerse vieja y era mi cumpleaños, ¿tenía derecho no?) y eventualmente se caminó la voz (no digo corrió porque tampoco fue para tanto). Además, no me gusta el hecho de spamear a gente y que les aparezca en sus notificaciones diciéndoles que es mi cumpleaños, no quiero que se sientan obligados a una felicitación por compromiso... eso a mí me molesta... O lo hago inconscientemente para tener una escusa para no tener muchas felicitaciones? Quien sabe... en fin.

Esto de estar en los 20 y tantos... Tienes que balancear el hecho de disfrutar lo más posible la vida porque son los mejores años, y al mismo tiempo está el hecho de que tienes que preocuparte de preparar lo que vendrá. Disfrutar el presente mientras haces algo por tu futuro... Escribir un blog mientras las tareas se acumulan como pelos en la coladera, y de repente ya son tantos que hasta miedo da acercárseles... El solo hecho de pensar que el pensar en este tipo de cosas (y más aún, escribirlas), quita el mismo tiempo que quieres aprovechar mejor... todo esto... me confunde... así que mejor iré a dormir.

Con su permiso.

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