Robando Cochecitos
Es regreso de vacaciones, así que fui a la comer (y no al super, válgame el comercial...) para comprar mi despensa (que usualmente se compone casi enteramente de atunes y leche).
Esta mafia de gatos que vive en el patio de abajo es la que me obliga a hacer mi lista, me amenaza con entrar secretamente a mi cuarto y provocarme alergias. |
La cosa es que yo ya había terminado de comprar, y estaba haciendo la acostumbrada última ronda por cada pasillo, para asegurarme que no se me olvidaba nada, cuando me fijo que no estaba mi caja de galletas... y ahora que lo veía bien, tampoco estaba mi caja de cereal... y luego que me fijé mejor, alguien había puesto apio en mi cochecito... Fue en ese momento que me di cuenta que ese podía no ser mi cochecito.
Así que, lentamente, dejé el carrito de compras como si de una escena de crimen se tratara, dándome la vuelta y fingiendo que no lo conocía. Regresé lentamente hasta el último lugar donde había visto mi propio carrito y ahí estaba, intacto, pensé que la pesadilla había terminado cuando oigo a una pareja con tantas cajas de leches y yogures que casi se les caían de las manos:
-Oye, ¿y donde dejamos nuestro cochecito?
-Ah... Debe estar por allá.
-Sí, debe estar por allá.
Con mi mejor cara de pokar, tomé mi propio coche y me fui de ahí, porque de todas maneras no hubiera sabido explicar como es que por casi 15 minutos conduje un carro que no era mío sin darme cuenta. Después de terminar de pagar, me dirigí al pasillo donde había dejado el coche de la pareja, y ahí seguía, abandonado. Luego volví a encontrarme a la pareja, en otro pasillo más alejado, y alcancé a escuchar que aún no encontraban su coche. Me alejé sólo para poder reírme... Soy una mala persona.