Cuentos con Sabor a Mate /// El Collar Robado
Me encontraba yo, tranquilamente en mi casa, reposando, no por flojo, sino porque estaba enfermo, y a punto de tomarme mis medicinas me cuenta que el frasco con las pastillas de Placebín se me había acabado. También fue el momento en el que recibí la llamada de mi "amigo" D.M. No sé por qué le contesté, pero al fin y al cabo, lo hice.
-¿Ahora qué quieres D.M? Dime que no están persiguiendo en el reino de Asdfg... Otra vez.
-No, no, ¿cómo crees? Sólo hablé para ver como estabas. Me enteré por el Koobecaf que estabas enfermo. Ves, te dije que no era mala idea que sacaras una cuenta.
-Sígues siendo mi único amigo... ¡Nadie acepta mis solicitudes!
-Ah, es que las personas del reino de Asdfg, son bastantes quisquillosas, sólo te aceptan como amigo bajo ciertas condiciones, pero ya que estás enfermo, esas te las cuento luego. Mejor dime si necesitas algo.
-De hecho, se acaba de acabar mi medicina. La verdad hace mucho frío afuera y yo pues...
-Híjole... lo que pasa es que estaba ocupado con un nuevo caso...
-Hey, me debes una! Después de que la reina de Asdfg casi me matara por tu culpa... Y además, esos chocolates noruegos que nunca me devolviste...
-De acuerdo... de acuerdo.
En menos de un hora, D.M. estaba tocando a mi puerta. Cuando le abrí, vi que sostenía el frasco de las pastillas con una actitud demasiado sonriente.
-Eso nunca es bueno.-Le dije.
-Se me acaba de ocurrir un pequeño juego para distraerte de tu enfermedad.
-Lo sabía. No podrías simplemente darme mis medicinas y ya?
-Podría, pero no lo haré. No es difícil, mira, te acuerdas que a la reina le habían robado su collar?
-Qué con eso?
-Por supuesto, yo, como soy muy listo- D. M. no conocía la humildad- le ayudé a recuperarlo.
-Y luego?
-Fácil. Te cuento una parte del cómo, y si tu adivinas correctamente la segunda, te doy las medicinas.
-Hey, con la salud no se juega.
-Entonces, más vale que te tomes esto en serio, jaja.
En lo personal, nunca he entendido el sentido del humor de D.M. Mi peculiar y nada imaginario amigo empezó a contarme su relato.
-Verás, después de analizarlo un poco, me di cuenta que la mayoría de los conflictos del reino de Asdfg, se resolverían fácilmente con un detector de mentiras. Así que, yo, como soy muy ingenioso, me las arreglé para inventar un máquina así. Resultó que todo se redujo a cuatro sospechosos. Y uno, por uno, los hice pasar al cuarto donde tenía mi máquina, a la que por cierto, llamé Dadrev. Dadrev funciona de una manera muy particular. Sólo emite un juicio hasta haber oído todos los testimonios. Después de ello, te dice los nombres de las personas que dijeron la verdad. Es muy importante que Dadrev lo haga hasta que todos los sospechosos hayan dado testimonio, o de otra forma, no tiene con qué comparar, ya que si emite su veredicto de uno por uno, a todos les dice que dijo verdad. Es un pequeño bug que todavía no puedo arreglar pero que...
-Ejem-tosí para interrumpir a D.M. de otra manera hubiera estado escuchando durante horas el funcionamiento de Dadrev.
-Ah sí. Pasó el primer sospechoso. Su testimonio fue largo, pero te lo resumiré en una frase.
"Hay uno de nosotros que miente, pero no te puedo revelar quién, o sufriría las consecuencias".
El testimonio de la segunda persona, fue igual de lo largo, pero lo que quiso decir fue:
"Dos de nosotros están mintiendo. No los puedo delatar, son mis amigos".
Con el tercero pasó algo similar.
"Tres de nosotros están, o estamos, mintiendo. No puedo te puedo decir más que eso, lo siento".
El cuarto... el testimonio completo del cuarto sí te lo puedo decir, fue muy corto.
"Para qué molestarme en declarar, si todos somos unos mentirosos".
-Déjame adivinar, quieres que te diga qué fue lo que dijo la máquina.-Le dije, temiendo que esa medicina no fuera a parar en mi sistema y tuviera que encargar otra.
-No, de hecho te diré el resultado que arrojó Dadrev. Nos dijo:
"Qwert dice la verdad".
-Bueno, entonces sólo dime quién de ellos era Qwert.
-Ahí es donde radica el problema... verás, lo que no te he dicho, era que los sospechosos eran los cuatro hijos de la reina, y alguno, o algunos de ellos tomaron su collar y lo vendieron al mercado negro. Lo malo es que las familias reales no se distinguen por su originalidad en nombres. Se llamaban Qwert Primero, Quert Segundo, Quert Tercero y Qwert Cuarto los sospechosos, y sus testimonios te los dije en el orden respectivo. Sí, esto parece sacado de un libro de chistes, pero intenté por todos los medios que me Dadrev me dijera más información y no lo logré, Dadrev es una obstinada. Así que, al final de cuentas...
-La máquina fue un desastre.
-No del todo, de lo que Dadrev dijo, pude saber que al menos uno de ellos decía la verdad. Por supuesto, bien podrían ser todos, tres de ellos o sólo dos, Dadrev no distingue plurales... pero al final de cuentas, resolví el caso. Y, si no quieres morir de enfermedad será mejor que tú también.
Así fue cómo mi vida llegó a depender de que una máquina no distinguiera plurales...
Pero, después de un rato, di con la solución.
-Muy bien.- Dijo D.M.- Lo malo es que después de este caso, me di cuenta que tenía que desmantelar a Dadrev.
-¿Cómo? Pero si sí funcionó.
-¿No te imaginas por qué? Yo te invito el siguiente frasco de Placebín si me lo dices.
Me puse a pensar. Era muy probable que fuera a necesitar otro frasco.
-¿Ahora qué quieres D.M? Dime que no están persiguiendo en el reino de Asdfg... Otra vez.
-No, no, ¿cómo crees? Sólo hablé para ver como estabas. Me enteré por el Koobecaf que estabas enfermo. Ves, te dije que no era mala idea que sacaras una cuenta.
-Sígues siendo mi único amigo... ¡Nadie acepta mis solicitudes!
-Ah, es que las personas del reino de Asdfg, son bastantes quisquillosas, sólo te aceptan como amigo bajo ciertas condiciones, pero ya que estás enfermo, esas te las cuento luego. Mejor dime si necesitas algo.
-De hecho, se acaba de acabar mi medicina. La verdad hace mucho frío afuera y yo pues...
-Híjole... lo que pasa es que estaba ocupado con un nuevo caso...
-Hey, me debes una! Después de que la reina de Asdfg casi me matara por tu culpa... Y además, esos chocolates noruegos que nunca me devolviste...
-De acuerdo... de acuerdo.
En menos de un hora, D.M. estaba tocando a mi puerta. Cuando le abrí, vi que sostenía el frasco de las pastillas con una actitud demasiado sonriente.
-Eso nunca es bueno.-Le dije.
-Se me acaba de ocurrir un pequeño juego para distraerte de tu enfermedad.
-Lo sabía. No podrías simplemente darme mis medicinas y ya?
-Podría, pero no lo haré. No es difícil, mira, te acuerdas que a la reina le habían robado su collar?
-Qué con eso?
-Por supuesto, yo, como soy muy listo- D. M. no conocía la humildad- le ayudé a recuperarlo.
-Y luego?
-Fácil. Te cuento una parte del cómo, y si tu adivinas correctamente la segunda, te doy las medicinas.
-Hey, con la salud no se juega.
-Entonces, más vale que te tomes esto en serio, jaja.
En lo personal, nunca he entendido el sentido del humor de D.M. Mi peculiar y nada imaginario amigo empezó a contarme su relato.
-Verás, después de analizarlo un poco, me di cuenta que la mayoría de los conflictos del reino de Asdfg, se resolverían fácilmente con un detector de mentiras. Así que, yo, como soy muy ingenioso, me las arreglé para inventar un máquina así. Resultó que todo se redujo a cuatro sospechosos. Y uno, por uno, los hice pasar al cuarto donde tenía mi máquina, a la que por cierto, llamé Dadrev. Dadrev funciona de una manera muy particular. Sólo emite un juicio hasta haber oído todos los testimonios. Después de ello, te dice los nombres de las personas que dijeron la verdad. Es muy importante que Dadrev lo haga hasta que todos los sospechosos hayan dado testimonio, o de otra forma, no tiene con qué comparar, ya que si emite su veredicto de uno por uno, a todos les dice que dijo verdad. Es un pequeño bug que todavía no puedo arreglar pero que...
-Ejem-tosí para interrumpir a D.M. de otra manera hubiera estado escuchando durante horas el funcionamiento de Dadrev.
-Ah sí. Pasó el primer sospechoso. Su testimonio fue largo, pero te lo resumiré en una frase.
"Hay uno de nosotros que miente, pero no te puedo revelar quién, o sufriría las consecuencias".
El testimonio de la segunda persona, fue igual de lo largo, pero lo que quiso decir fue:
"Dos de nosotros están mintiendo. No los puedo delatar, son mis amigos".
Con el tercero pasó algo similar.
"Tres de nosotros están, o estamos, mintiendo. No puedo te puedo decir más que eso, lo siento".
El cuarto... el testimonio completo del cuarto sí te lo puedo decir, fue muy corto.
"Para qué molestarme en declarar, si todos somos unos mentirosos".
-Déjame adivinar, quieres que te diga qué fue lo que dijo la máquina.-Le dije, temiendo que esa medicina no fuera a parar en mi sistema y tuviera que encargar otra.
-No, de hecho te diré el resultado que arrojó Dadrev. Nos dijo:
"Qwert dice la verdad".
-Bueno, entonces sólo dime quién de ellos era Qwert.
-Ahí es donde radica el problema... verás, lo que no te he dicho, era que los sospechosos eran los cuatro hijos de la reina, y alguno, o algunos de ellos tomaron su collar y lo vendieron al mercado negro. Lo malo es que las familias reales no se distinguen por su originalidad en nombres. Se llamaban Qwert Primero, Quert Segundo, Quert Tercero y Qwert Cuarto los sospechosos, y sus testimonios te los dije en el orden respectivo. Sí, esto parece sacado de un libro de chistes, pero intenté por todos los medios que me Dadrev me dijera más información y no lo logré, Dadrev es una obstinada. Así que, al final de cuentas...
-La máquina fue un desastre.
-No del todo, de lo que Dadrev dijo, pude saber que al menos uno de ellos decía la verdad. Por supuesto, bien podrían ser todos, tres de ellos o sólo dos, Dadrev no distingue plurales... pero al final de cuentas, resolví el caso. Y, si no quieres morir de enfermedad será mejor que tú también.
Así fue cómo mi vida llegó a depender de que una máquina no distinguiera plurales...
Pero, después de un rato, di con la solución.
-Muy bien.- Dijo D.M.- Lo malo es que después de este caso, me di cuenta que tenía que desmantelar a Dadrev.
-¿Cómo? Pero si sí funcionó.
-¿No te imaginas por qué? Yo te invito el siguiente frasco de Placebín si me lo dices.
Me puse a pensar. Era muy probable que fuera a necesitar otro frasco.
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