Último Amanecer, Bergen, 29-30 Junio
Llegué a Bergen desvelado y con los nervios típicos de alguien que va a hacer un viaje de muchas horas en avión.
Muchos de mis amigos ya se habían ido de Bergen, pero algunos otros, como Romi, aún quedaban. Fue con ellos que pasé mi última cena, donde hice sincronizadas lo mejor que pude ( sí, unas cuantas se me quemaron).
Luego que mis amigos se hubieran ido a dormir, yo tadavía tenía que organizar mi maleta, pues se pasaba como por cinco kilos de lo que debía. Tuve que tirar ropa, tenis, toallas, para poder llegar al límite sin pasarme.
Fue cuando me dirigí al basurero que me cayó el 20 que éste sería, durante mucho tiempo, mi último amanecer en Bergen.
En ese momento me di cuenta que estaba cerrando un capítulo importantísimo de mi vida. Había planeado y dado forma a este viaje desde hacía 4 años, y ahora estaba acabado. Lo había conseguido. Aprendí en él? Maduré? Quien sabe, tal vez, pero lo que más me importaba mientras veía el trémulo sol en el horizonte era que por fin lo había hecho, sobrevivir 6 meses en una tierra extraña, ajena a lo que conocía, y ahora volvía, lleno de experiencias que jamás olvidaría (aunque por si acaso las habría puesto en un blog).
Sí, ya estoy en Morelia, y de hecho llevo varios días por acá... Lo cual tal vez despierte en algunos de ustedes la inquietud de qué pasará con este blog ahora que regresé. Todavía no estoy seguro, pero de momento es hora de cerrar el telón y dedicar mi atención a algunos otros proyectos personales.
De momento, no habrá más entradas este mes (los blogueros también tienen derecho a vacaciones (sí, ya sé que vengo de una, pero no es lo mismo!) ).
Momentos incómodos:
-Cuando ves a la señora de atrás de ti en el avión sentada, y de repente al señor que está acomodando sus maletas se le cae el bastón de la señora, hace gancho y le da directo en el ojo, y tú único pensamiento es "no te rías, qué clase de monstruo eres?" Luego me enteré que la señora regresaba después de tres años de estar casada con un alemán... como que no le van a creer esa historia del bastonazo.
Muchos de mis amigos ya se habían ido de Bergen, pero algunos otros, como Romi, aún quedaban. Fue con ellos que pasé mi última cena, donde hice sincronizadas lo mejor que pude ( sí, unas cuantas se me quemaron).
Luego que mis amigos se hubieran ido a dormir, yo tadavía tenía que organizar mi maleta, pues se pasaba como por cinco kilos de lo que debía. Tuve que tirar ropa, tenis, toallas, para poder llegar al límite sin pasarme.
Fue cuando me dirigí al basurero que me cayó el 20 que éste sería, durante mucho tiempo, mi último amanecer en Bergen.
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El último fue un día lluvioso, como siempre en Bergen. |
Sí, ya estoy en Morelia, y de hecho llevo varios días por acá... Lo cual tal vez despierte en algunos de ustedes la inquietud de qué pasará con este blog ahora que regresé. Todavía no estoy seguro, pero de momento es hora de cerrar el telón y dedicar mi atención a algunos otros proyectos personales.
De momento, no habrá más entradas este mes (los blogueros también tienen derecho a vacaciones (sí, ya sé que vengo de una, pero no es lo mismo!) ).
Momentos incómodos:
-Cuando ves a la señora de atrás de ti en el avión sentada, y de repente al señor que está acomodando sus maletas se le cae el bastón de la señora, hace gancho y le da directo en el ojo, y tú único pensamiento es "no te rías, qué clase de monstruo eres?" Luego me enteré que la señora regresaba después de tres años de estar casada con un alemán... como que no le van a creer esa historia del bastonazo.
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TH sigue en construcción... |
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