Como conté en la entrada pasada, un couch surfing de Venezuela (Damián) me hospedó en Estocolmo, y el viernes 22, que no trabajaba, hizo un picnics con algunas de sus amigas (también de Venezuela) y pues me invitó y yo fui.
Es genial pasarla con gente que habla Español, y si resulta que no son de tu país, logras aprender muchas palabras nuevas. Como pana, que lo usan para amigo o "buddy" y en algún lado leí un rumor que decía que venía del inglés "partner". También esta vaina, que es cosa. Así que frases como "la vaina esa" o "pásame la vaina" fueron usuales durante toda la comida.
 |
Que por cierto se llevó a cabo en Vaxholm, un archipiélago bastante bien, no muy lejos de la ciudad |
Estuvimos platicado largo rato, y caminando simplemente por ahí.
 |
Sin embargo, una de las chicas era francesa, así que procurábamos hablar en inglés. |
 |
Digo, por si alguien llegó a pensar que los de la foto anterior era gente aleatoria a quien yo fotografíe para luego decir que eran mis amigos (puesto que no salgo yo). |
Yo me quería ir al aeropuerto esa noche, pues mi vuelo a Copenhague salía temprano en la mañana, pero resultó que el camión más temprano salía a las 3 de la mañana, así que en lugar de esperar 4 horas sentado, decidí dejar mi maleta en un casillero (como guardaequipaje) e ir con los venezolanos a "La Cucaracha", un lugar de música latina en Estocolmo.
 |
Después de ver esto el nombre hizo sentido. |
Y luego, fue el after, pues el lugar era no un antro oficialmente, sino restaurán, así que cerraba a la 1:30.
 |
Última foto, sin mí. |
 |
Conmigo... sí, también me gustó más la de arriba. |
En esa casa sólo estuve 5 minutos y no exagero. Tuve que salirme corriendo para agarrar el metro y luego el camión... Me hubiera encantado quedarme a esa fiesta, pero bueno, uno tiene que seguir su camino.
Y aquí viene el laaaaargo momento incómodo (el más de toooodo mi viaje):
Momentos Incómodos:
-Cuando llegas a la central y descubres que el lugar donde dejaste la maleta, la estación central, no es de donde sale tu camión y, lo peor de todo, abre hasta las 5 de la mañana. Problema? Además de que son las 3:30 y descubres que en todo caso hubieras podido quedarte otro rato en la fiesta, el último camión (el que por cierto ya pagaste pues compraste el boleto redondo del aeropuerto a la ciudad) con el que alcanzas tu avión sale también a las 5. Que hace uno entonces? Después de lamentarse, trata de que le devuelvan su dinero por el boleto prepagado del bus, pues tendrá que irse ahora en tren, el cual cuesta algo así como 250 pesos pero llega en 20 minutos y no en una hora al aeropuerto.
Después de que el tipo malhumorado te dice que no se puede, uno empieza a tratar de revender su boleto... Lo malo, que sólo lo puede usar gente menor a 26 años y que vaya a Arlanda y no a cualquier otro de los como 3 aeropuertos. Luego de que el tipo de la taquilla te dice que no puedes ofrecerle a la gente tu boleto en la mera taquilla y te mande unos metros más lejos, empiezas a preguntar a la gente si cumple las condiciones.... Sin embargo... los que parecen cumplirla, o también ya tienen su boleto pagado, o no tienen efectivo (creo que esto era mentira en bastantes casos, pero bueno...)
Que pasa? Que uno termina rebajando el precio del boleto cada vez más conforme se acercan las 5 de la mañana (de como 180 a 80 en pesos), y hasta consigue, con una hoja de reclamación, y un papel que consigue en la misma taquilla, escribir un cartel para vender su boleto (la cara de intriga del tipo taquillero cuando vio que claramente no estaba escribiendo letras pequeñas sino haciendo cosas como dibujos fue genial).
Diez para las cinco, decides rendirte pues nadie ha comprado tu boleto y decides regresar al edificio donde se encuentra tu maleta. Descubres, que por azares del destino, ya está abierto y después de dos minutos de total desorientación, hallas el casillero donde está tu maleta y la sacas. Con cuatro minutos (y no estoy seguro, pues ni siquiera quise perder tiempo para mirar el reloj) faltantes regresas corriendo con tu maleta a cuestas, de una manera nada elegante y llegas justo antes de que la puerta electrónica que lleva al último camión se cierre.
Luego de que seas el último pasajero en entrar, tus manos aún tiemblan, pero sabes que saliste victorioso. Luego dices, "chin, no dormí en toda la noche! Mi primer día en Copenhague va a ser laaargo". Y sí, fue cansado, pero eso, es otra entrada.
Comentarios