Don Lijote /// 1.-Piloto
La otra vez, mientras trataba de conciliar el sueño, mientras pensaba en lo mucho que quiero probar el nuevo 3DS y en la buena definición con la que puedo recordar en mi cabeza la banda sonora del zelda de super nintendo (a link to the past) me pregunté si los videojuegos ya habrían llevado alguna vez a alguien a la locura, y me respondí: "bah, en todo caso, también los libros podrían hacerlo no?" Entonces, no pude dejar de pensar una historia en mi cabeza, que aunque de original nada tiene, espero encuentren no demasiado aburrida:
En un lugar de México de cuyo nombre prefiero no acordarme no hace mucho que vivía un hombre más joven que viejo, más curtido que blanco, más torcido que derecho y más enjuto que rollizo. Pizza los martes, sushi los miércoles, tacos de cualquier cosa los demás días constituían su alimentación diaria. Su fiel perro Firulo, un pastor alemán a quien ya no le pedía nunca que estirara la pata por temor a que lo hiciera de verdad, era su única compañía desde hacía varios años. El hombre debió llamarse de alguna forma, por supuesto, pero a mís oídos sólo consiguió llegar su sobrenombre, el Lijote. Algunos cuentan que se llamaba Lutencio Jiménez Otero, otros que Lauro, o Lucio, pero eso importa poco a este cuento, con tal que lo demás no se salga de la verdad.
Hay que saber pues, que este susodicho hombre, los días que estaba de ocioso, que no eran los menos del año, se entregaba de lleno a los juegos de video. Tenía un especial gusto por los RPG, los cuales consumían casi todo su tiempo, y sus entremesas las hacían los de plataformas y de postre jugaba los de carreras, pero sólo un poco, porque sabía que en cuanto se hiciera hábil, perdería el interés.
Tal vez la muerte de su perro afectó, o tal vez él solo se hubiera deschavetado, la cosa es que el día que falleció su perro decidió que ya no había razón para continuar viviendo en su hogar. Era tiempo de subir de nivel y empezar a viajar, porque según él, sería la única forma de derrotar al mal que contínuamente acechaba en los videojuegos. "Porque si logro derrotar al mal que vive en este mundo conseguiré derrotar el mal que se apodera constantemente de los juegos de video".
Pero Lijote sabía muy bien que no podría ir sólo en tal aventura, "necesito alguien que me reviva con un elixir si por algún descuido muero, alguien que me cure con pociones en su turno mientras yo ataco con mi espada, alguien que sin duda sea más feo que yo, para que no quede en duda quién es el héroe".
Así, tomando sólo una mochila vieja y el más filoso cuchillo de su cocina, Lijote empezaría sus desventuras...
En fin... a ver si no logro que cierto autor se revolque en su tumba. Como sea, este es un capítulo piloto, si se me ocurren más cosas que no me dejen dormir hasta que las vuelque al blog, seguiré...
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