Londres, 6-7 Marzo

Acabo de regresar de mi viaje a Londres y si tuviera que describirlo con una palabra sería WOW (y no, no hablo del Warcraft). La segunda palabra que usaría para describirlo sería ENORME, también con mayúsculas.
No podía faltar la fiesta en el avión para celebrar que íbamos a Londres! Con Martini y chocolate suizo!


Un típico taxi londinense. Una de las primeras cosas a las que quieres tomarle foto. Por reglamento, todos los taxis deben ser así. Yo sólo me subí a uno el jueves (casi podía pararme dentro del coche sin que chocara mi cabeza), porque casi pierdo el avión de regreso, pero más de eso luego. Notan que el volante está a la izquierda? En cada cruce hay un letrero pintado que te recuerda que tienes que voltear hacia el lado contrario al que los turistas están acostumbrados.


A la izquierda, Eloi, el muchacho que amablemente nos hospedó en su casa ( y nos daba a probar comida brasileña aparte de todo). Se portó genial, hizo que su casa se sintiera como nuestra casa.
En el centro, Romi, la mejor chica con la que puedes ir de tour. Siempre sabe qué hay que hacer y la forma más barato de hacerlo. Además, como ya lo he dicho, una de las chicas con mejores modales que he conocido!
El lugar, un club brasileño al que nos llevó Eloi el primer día. Probamos la caipirinha.
Mis primeras monedas londinenses. Allá la denominación son los pounds o libras esterlinas, que vale algo así como 20 pesos (o 10 coronas). Pueden creerlo? Esa pequeña moneda amarilla vale casi 20 pesos! Lo que sí es que sí está algo ancha en el grosor.


Una de las primeras cosas famosas que conocí de Londres, su ojo (o London Eye). Para ahorrar, no me subí en él, pues era caro y aunque parece grande, no me pareció muy distinto a las ruedas de la fortuna de los parques (además de que ya habíamos visto la ciudad desde arriba y mucho mejor desde el avión). Pueden ver el Big Ben atrás?
El parlamento, donde está el Big Ben. El único problema es que está abierto al público sólo a partir de las 2:30, y debido a eso no pudimos entrar el Lunes, pues llegamos muy temprano. El miércoles lo intentamos de nuevo a la hora correcta, pero resultó que ese día había debate o algo similar y tampoco pudimos.
La Abadía de Webminster, a la cual vimos el lunes, pero entramos el miércoles.
Hermosa vista del Palacio Buckingham, al cual visitamos diario para tratar de ver el cambio de guardias. El lunes llegamos demasiado tarde.
Hay guardias que están ahí parados todo el rato. No sé cómo le hacen para que sus caballos no se aburran.
Luego fuimos a una exhibición de carruajes, donde pensamos que veríamos más caballos pero desafortunadamente sólo olía a caballo.
Edificio cuyo nombre no recuerdo, pero que nos lo encontramos de repente en una calle. Como notaríamos en los siguientes días, encontrarte edificios como esos en cada esquina es muy común en Londrés.
Los parques también eran grandotes y bonitos, con un chorro de patos.
Luego siguió el Museo de Historia Natural, en el que había dinosaurios, planetas, ballenas colgando del techo  y mucho más. Lo malo es que cerraron y no lo alcanzamos a ver todo.


Todo el día estuvimos comiendo sándwiches que habíamos preparado el día anterior Romi y yo. Pueden creer que todo esto fue del puro lunes? Después del museo, regresamos y estábamos demasiado cansados para salir en la noche. El día siguiente sí lo hicimos, pero claro, eso lo cuento mañana.


Lecciones que da la vida:
-La próxima vez empaca tenis! Caminar por todo Londrés no es muy divertido para tus pies.


Comentarios

David (Kairoz) ha dicho que…
Deberias de dejar de usar zapatos... en general...

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