Pisando bebés , Bergen, 13-16 de Febrero

Lo malo de dejar pasar los días, es que se junta mucho para escribir, pero bueno, no importa, porque igual mañana van a tener mucho que leer (pequeño espoiler, pues mañana tengo preparado algo distinto a lo de siempre). El 13 fue domingo, y aunque planee levantarme temprano, me levanté muy tarde, digamos que estaba aún cansado de la fiesta del día anterior, fiesta en la cual aprendí un juego muy padre. El juego acabó después de las 12, así que alcanza entrar dentro de lo que ocurrió el domingo.

El juego se llama "ring of fire". Se ponen las cartas de una baraja en anillo boca abajo, no importa si quedan muy amontonadas. Por turnos, alguien destapa una, si el anillo se rompe, el juego acaba y la persona que lo rompió recibe un castigo elegido al principio del juego. Lo divertido viene en que cada carta significa algo, yo saqué una que me hacía el jefe de la persona a mi izquierda, pero luego saqué una carta que me hacía hacer lo mismo que el de mi izquierda. ¿Cómo castigar entonces con algo que también tengo que hacer yo?

Chile! Había salsa tabasco por ahí, así que nos hice tomar salsa. Yo la aguanté bastante bien (como buen mexicano), pero el pobre chavo de mi izquierda... uff, todavía me siento un poco mal. Como sea, luego saqué una carta que me hacía el jefe de todos y así fue como logré el video de la entrada de "viva México cabrones!"y también consguí que todos los que faltaban se enchilaran.

El lunes fue el día del amor y la amistad, pero en Bergen, como si nada. Nada de gente vendiendo flores ni globos de corazón. Eso fue bueno, porque es la parte comercial de ese día lo que no me gusta.

Martes fue de holgazanear, y de dormir temprano (pagar 3000 coronas de renta sí que te deja agotado), ni siquiera escribí una entrada. Hay veces que no se sienten ganas de escribir, por eso no lo forzo, porque el sentimiento se transmite, aunque uno no lo quiera.

Hoy fue un poco más interesante, para empezar, me levanté y vi que toda la ciudad estaba cubierta de nuevo. No supe ni a qué horas nevó por la noche. Como siempre que hay nieve por la calle, evito irme por el camino limpio y me voy por donde esta la capa de nieve, pues al pisarla rechina y se siente raro, como ya lo había dicho hace unos días, es lo que yo imagino que se siente pisar bebés.

Después de mi única clase que acababa a las diez de la mañana, fui a la pista de hielo, la cual les mencioné de pasada hace unos días. Todo empezó bien, tenía la pista para mí solo. 

Oh yeah baby!

Pero a los pocos minutos una bandada de mocositos empezó a entrar. 

Ven a los que están tirados? Yo no fui, pero no digo que no me hubiera gustado haber sido.

No sé de donde salió ese grupo, pero la cosa es que los "ejercicios" que les ponían sus "instructores" eran de lo más raros. Los hacían tirarse en el piso y luego los arrastraban y empezaban a darles vueltas. Lo admito, sólo envidié que cuando yo era niño nadie jamás me arrastró y me hizo girar en el hielo.

A pesar de que tuve que estar esquivándolos para no comprobar si mi idea de pisar nieve es correcta, su presencia le dio un aire de felicidad a la pista, y me hizo recordar lo mucho que quiero ser papá (alguien se apunta?). 

Momento incómodo (en mi clase de combinatoria, como casi siempre):

-Cuando el profe de repente dice un chiste en noruego, y tú eres el único que no ríes. 

Lecciones que da la vida:

-Empieza tu tarea desde más antes, hoy casi no la alcanzo a entregar antes de las 12.

Por ratos los adultos guardaban a sus niños y uno podía patinar mejor.