Mas cerca cada vez.

El título habla de mi viaje a Noruega. Hoy compré los boletos y me di cuenta de que de alguna forma, aún no quiero decir que ya es 100% seguro. Me siento como esos padres que se niegan a ponerle nombre al niño hasta que nace por miedo a que si lo hacen, le echarán la sal. Sin embargo,  ya casi todo está arreglado, y ya es tiempo de empezar a creerme yo mismo que la posibilidad de que haga este viaje es más grande a la de que no (y más vale, pues esos boletos no son reembolsables).

Por eso hoy me cayó el veinte de que voy a pasar un semestre totalmente alejado de todo lo que conozco, voy a salirme por completo de mi burbuja de seguridad. Dejaré no sólo familia y amigos, sino también mi país. Lo que más extrañaré de México, sin nin ninguna duda, será la comida. Es lo único en lo que creo que le gana irrefutablemente a los demás países. No habrá más tacos de pastor, ni chilaquiles, ni enchiladas, ni tamales, ni buñuelos, ni guacamole, todas cosas que he comido en la última semana.

Me gustaría estar feliz, pero sólo siento una extraña sensación de expectativa. Creo que no estaré del todo contento hasta haber llegado a mi departamento en Bergen y tumbarme sobre la que será mi cama los siguientes seis meses y comprobar que tengo internet.

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